¿Y si dejamos que el viento nos lleve? ¿Y si nos deshacemos del plomo de nuestro cuerpo y vamos a volar? Podemos charlar con los árboles para que nos cuenten sus historias, son un poco arrugados y gruñones, pero les encanta hablar de ellos mismos. De vez en cuando también me gusta sumarme al viaje de algunas aves migratorias (siempre y cuando respetes su formación en “v” son bastante simpáticas, aunque las más viejas seguro te miren mal si no te ofreces ir adelante antes que ellas) por momentos siento que, como ellas, tengo un propósito o un lugar seguro al que dirigirme.
Si le pedimos, el Sol nos puede dejar ayudarlo a pintar el cielo de hermosos colores cálidos y luego, cuando hayamos terminado, podemos recostarnos en una nube y observar como la pintura se mezcla al derramarse y se forma el hermoso crepúsculo por el que se asomará, aun somnolienta, la hermosa Luna. Nos contará con su voz dulce y maternal de aquellos tiempos cuando las personas aún se permitían volar, unas apoyadas a las otras, como parejas de baile, porque solo tenían un ala y, para ascender y habitar en el éter junto con los seres celestes, creían que debían de juntarse.
Yo ya conozco esa historia, pero por vos la escucharía de nuevo, es muy triste también, porque ella parece extrañarnos a nosotros sus hijos y se queja melancólica de que olvidamos como volar. Yo creo que es un poco injusta y que no lo olvidamos, sino que simplemente nos es difícil lograrlo (encontrar a alguien con quien queramos volar) porque crecimos para ser individuos solitarios. Tuvimos tanto miedo de que nos rompan las alas y no podamos sentir el viento en nuestro rostro de nuevo que simplemente dejamos de querer volar. ¿Qué? ¿Qué cómo puedo volar yo? Nunca dije que no se pudiera hacerlo solo, simplemente hay que aprender. Pero no te preocupes, yo voy a estar para volar con vos e incluso le podemos enseñar a la gente como hacerlo ¿No te parece una idea maravillosa? imagina como sería si todo el mundo pudiera bailar en el aire, como las hojas amarillentas que caen de los árboles por la brisa otoñal y que el mundo sea nuestra pista de baile o como los sueños danzan en la cabeza de las personas, tan hermosos y efímeros como irreales.
¿Bailarías conmigo, entre las estrellas, con nuestras alas unidas?
Комментарии